Diversas
investigaciones demuestran que los menores que utilizan el chupete o succionan
sus dedos durante más de tres años se muestran hasta tres veces más propensos
en el desarrollo de trastornos del
lenguaje. Los efectos perjudiciales de estas conductas se concretan en
dificultades para pronunciar ciertos sonidos de palabras o para simplificar su
pronunciación, debido, entre otros factores, a que no se ejercitan los músculos
de la cavidad oral necesarios para el habla.
Los dos años y
medio es una buena edad para empezar a plantearse en serio abandonar el
mundo de las tetinas y chupetes.
Lo que los niños hacen con los chupetes se llama succión
no nutritiva. Y es propia de la especie humana en sus primeros años de
vida. Con frecuencia el deseo de "chupar" suele persistir hasta los
3-4 años.
El hecho de que haya niños que desarrollen
deformidades dentales con el chupete mientras otros coetáneos no lo hagan,
probablemente está relacionado con la fuerza de la succión e indudablemente con
el tiempo.
Si la succión no nutritiva se mantiene, los dientes
centrales inferiores se desvían hacia dentro, mientras que las mismas piezas en
la parte de arriba, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera. Con el
tiempo los caninos (colmillos) chocan entre sí y ambas filas de dientes no
cierran correctamente. Es lo que se conoce como mordida abierta (dientes
de conejo).
Además la acción de succionar pone en función
diferentes músculos de la cara, que junto a la posición de la lengua, hacen que
las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo, lo que dará lugar a
largo plazo a una mordida cruzada.
Antes de los tres años las lesiones suelen ser
reversibles, ya que no se afecta el hueso ni la articulación
temporomandibular. Pasada esa edad, las posibilidades de necesitar tratamiento
de ortodoncia aumentan significativamente.
"Quitar" el chupete siempre suele ser complicado. Quizá lo más
fácil es desde el principio, no crear una dependencia excesiva y que quede lo
más pronto posible limitado a la conciliación del sueño o momentos en los que
el niño necesita consuelo. Aún así, hay cierta "crisis" que hay que
pasar. Ánimo a los que estáis en esa
tesitura, pero no desesperéis y quitadles ya el chupete a vuestros hij@s.
Caries del biberón
La caries del biberón es consecuencia de la persistencia del chupete o el biberón
mojado en un líquido azucarado. La gravedad de la caries está en relación con
la prolongación del hábito. Es muy típico de niños que están constantemente con
el biberón en la boca o a los que se deja dormir con él. Se puede originar con leche y es muy característico que ocurra con la
administración de zumos en el biberón. También cuando existe la costumbre
de impregnar las tetinas o los chupetes en alimentos azucarados (miel,
mermelada, leche condensada).
¡A abandonar ya los
chupetes y los biberones!
No hay comentarios:
Publicar un comentario